La Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE) es una organización regional, independiente, no gubernamental y representativa que reúne a distintas federaciones y uniones de estudiantes de Latinoamérica.

En este ensayo realizaré una revisión, presentación y análisis de una serie de hechos históricos, movimientos, grupos y actores ya sean individuales y colectivos, políticos, ideológicos y sociales de jóvenes que irrumpieron en la vida pública del país de una forma y manera propia a partir de 1943 con la organización y fundación de la Federación de Estudiantes de Panamá F.E.P. que tiene como antecedente histórico la primera Federación de Estudiantes de Panamá creada en 1922.

Algunas aproximaciones a la acción colectiva de los estudiantes, particularmente de los estudiantes universitarios, sostienen la ambigüedad que reviste la posibilidad de acuñar la denominación de “movimiento estudiantil” para caracterizar a dicho actor social diferenciado1.   Esta consideración se funda    en la ausencia de una organización continua para la definición de un movimiento

La primera universidad en la Argentina fue la de la ciudad de Córdoba, fundada por los jesuitas en 1613. Pensada para formar a los cuadros intelectuales de una pequeña elite, esa casa de altos estudios llegó hasta principios del siglo XX sin cuestionar o reflexionar sobre ese rol; con una impronta religiosa muy fuerte y autoridades que ocupaban sus cargos de por vida. 

Hoy día, la juventud en Puerto Rico se presenta como hija de un vacio que dejaron las organizaciones revolucionarias en la historia. Desde el Partido Nacionalista con Don Pedro Albizu Campos en los años 30, hasta la muerte del comandante Juan Antonio Corretjer Montes en el 85 que se venía viviendo un gran auge revolucionario en la isla, sin embargo, desde los años 90 para acá es que venimos viviendo ese vacío al que hacemos referencia. Entonces, la juventud, los y las estudiantes, nos vemos con una gran responsabilidad sobre nuestros hombros tras la necesidad histórica de la reconstrucción de un movimiento revolucionario; de comenzar a construir las bases para comenzar de nuevo la guerra popular. De modo que, como estudiantes, nos trazamos la meta de luchar por la accesibilidad de todos esos estudiantes a los cuales se les ha sido privado el derecho de una educación superior y universitaria, luchando en simultáneo por el tipo de educación que nos hará libres. Por supuesto que, y volvemos a hacer énfasis, buscando llevar la revolución a lo más hondo de nuestros propios corazones. Porque si muy bien entendemos que el socialismo se presenta como la única real alternativa superior al capitalismo, la moral socialista se presenta como única real alternativa superior a la moral capitalista. En otras palabras, aprendemos a cambiarnos a nosotros mismos cada día, buscamos descolonizar nuestras mentes, nuestros corazones, para así entonces poder tener las herramientas reales para la liberación nacional.

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AuthorLuis Nicho